¿Qué haces con tu marca personal o identidad digital?
Hace 8 años, ya hablaba de la marca personal en un blog que estuve publicando desde 2009 hasta 2013. En una de las entradas, la del 31 de enero de 2013, me centraba en valorar algunos aspectos sobre la marca personal o identidad digital. Hoy, retomo ese texto e incluyo algunos nuevos comentarios, nuevas valoraciones y opiniones sobre este tema.
Asistimos, o por lo menos yo, perplejos a la aparición de personas con una determinada influencia en la sociedad o parte de esta. Los denominados «YouTubers», «influencers» o ·»tiktokers», entre otros, están al orden del día. Cada vez son más marcas las que «tiran» de estas personas para vendernos su producto o servicio. Tienen un nivel de persuasión tal, que están sustituyendo a grandes profesionales (y a veces no tan grandes) de diversos ámbitos a la hora de publicitar. Detrás de estas personas hay «legiones» de seguidores capaces de defenderlos y, sobre todo, de hacer un gasto económico».
Pero, ¿por qué ha ocurrido esto? Está claro que han sabido generar una perfecta marca personal con un atractivo que les permite tener un grupo de personas que la siguen. Solo tenemos que mirar el número de seguidores de ciertos perfiles sociales (Facebook, Twitter, Instagram, Tik Tok, YouTube, etc.), para poder comprobar esto que comento.
Parece más que obvio que estas personas con cierta influencia han expuesto en la red su vida (o eso parece) y es, gracias a ella, como han obtenido una relevancia en el mundo digital. Muchos han sabido rentabilizar esta situación y están obteniendo suculentos rendimientos económicos. Tal es la situación que, ya tenemos varios compatriotas que han decidido establecer su residencia en determinados países (principalmente en Mónaco) buscando una menor carga impositiva para aumentar, todavía más, esas ganancias que están teniendo.
Nuestra marca personal.
Pues igual que esos influencers, todos estamos expuestos en mayor o menor medida. No es necesario tener que estar presente en una red social. Hoy día sobre nosotros hay multitud de información que está mostrando lo que somos. En Internet está nuestra marca personal, nuestra identidad digital. En ocasiones, nosotros habremos sido los artífices de esta información, mientras que en otras, habrá sido ajena a nosotros. Sea como fuere, todo esto da muestra de qué somos y de qué perciben los demás que somos.
La marca personal o identidad digital es lo que somos y lo que otros dicen y/o piensan que somos. Incluye tanto lo positivo sobre nosotros, como lo negativo.
Fotos, vídeos, comentarios… que hay en la red de redes sobre nosotros, es susceptible de poder ser buscado, copiado y enlazado. Esto favorece el que perdamos el control sobra esta información. En ocasiones, la información será positiva como por ejemplo aquella que verse sobre nuestros artículos, trabajos publicados, logros académicos… En otras, esta información no lo será tanto, por ejemplo, si hemos sido multados, si estamos en la lista de morosos, si hemos estado implicados en algún suceso de diversa índole…
Todo lo que colgamos en las redes sociales pasa automáticamente a formar parte de lo que somos en la red. Los «me gusta» que ponemos o nos ponen, las noticias que compartimos, las fotos que publicamos, los comentarios que hacemos en foros, etc. Todo, absolutamente todo, somos nosotros en la red.
El nuevo Currículum Vitae a través de la identidad digital
Creo que vamos a asistir en breve a un cambio en cuanto a la forma que las empresas van a contratar al personal. El currículum vitae tal y como lo conocemos actualmente va a ir desapareciendo en beneficio de toda aquella información que hay sobre nosotros en la red. Esto va a suponer un gran problema. Ya he comentado que en la red se puede encontrar sobre nosotros multitud de información positiva, Pero también aquella otra que no lo es tanto.
Cuando hacemos o preparamos un Currículum Vitae, somos (o debemos serlo) muy cuidadosos en la información que incluimos. Hacemos un mayor hincapié en determinados datos, sobre todo, buscando visibilizar aquello que puede estar más relacionado con el posible puesto que queremos ocupar. Por ejemplo, si voy a dejar el currículum en una ONG, seguramente incluyamos en algún lugar bien destacado nuestra participación como voluntario. Si por el contrario, estamos entregándolo en un centro educativo dependiendo de una orden religiosa, nos interese remarcar que disponemos de la Declaración Eclesiástica de Competencia Académica (DECA).
Pero, ¿Te imaginas que en ambos casos en vez de entregar un currículum miren tus redes sociales? ¿Tendrías las mismas posibilidades? La respuesta en la mayoría de los casos será un no rotundo. ¿Por qué? Pues porque cuando interactuamos en las redes sociales no somos conscientes de la transcendencia que tiene. Ahí mostramos mucha más información que la que pondríamos en un currículum. No se nos ocurre poner la foto del último fin de semana con los amigos y colegas en la madrugada cantando o pulsando sobre el portero automático de un edificio, o un comentario en una noticia en contra de la homofobia, por ejemplo. Por ello, es importante que tengamos en mente todo esto. Lo primero que debemos hacer es configurar bien nuestros perfiles sociales y no publicar todo como público.
Finalizo esta entrada con una idea que, por desconocimiento tecnológico, no puedo llevar a cabo, pero que creo puede ser una buena idea para intentarlo. Consistiría en el diseño de un currículum vitae, en el que podamos seleccionar aquellas informaciones, fotos, comentarios, etc. que nos representan de forma idónea y que formen parte de ese currículum. Así que si alguien se anima a diseñar esta aplicación, le animo a intentarlo. Si te interesa intentarlo, te animo a ello, contacta conmigo y te ofrezco más ideas sobre este tema y si quieres lo intentamos juntos.
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